Estoy leyendo a mis alumnos y mis alumnas por las mañanas, al entrar, algunos de estos cuentos. Son muy breves y están cargados de ironía. Con ellos estoy consiguiendo dos cosas:
1- Atraer su atención.
2- Hacerles pensar.
Y lo mejor de todo, es que les encanta.
Os dejo uno de ellos:
La comida de las hadas
-Estoy dando de comer a las hadas. Aparto del plato de verduras dos zanahorias enteras, una alcachofa y un puerro, más de cincuenta guisantes y unas hojas muy extrañas, que son las que más les gustan. Sacrifico mi comida para alimentarlas.
Todo esto es lo que le conté a mi madre en cuanto fui descubierto, pero no me creyó. Le falta imaginación.
-Devuelve todo eso al plato -me dijo muy enfadada-. Las verduras son muy, pero que muy necesarias.
-Tú sabrás -le contesté. ¡Pasarán hambre las hadas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario